El circo mediático de la tonadillera que ya cansa y da verdadero asco
por su lejania en el tiempo, sus redes
de influencia, sus contactos sus errores y su creencia de superioridad sobre
cualquier ser sobre la tierra.
Hoy se debate en tv y en todo lamentable programa basura, el destino de esta elementa capaz de los mayores chanchullos por pelas, notorio es por declaraciones de quienes la acompañaban a las jiras extranjeras que camuflaba las pelas entre sus palmeros para introducirlas en España sin declarar a la hacienda pública, está claro que el Banco del ladrillo es su preferido para resguardar sus pelas, y el mangoneo su sistema preferido.
Hoy se debate en tv y en todo lamentable programa basura, el destino de esta elementa capaz de los mayores chanchullos por pelas, notorio es por declaraciones de quienes la acompañaban a las jiras extranjeras que camuflaba las pelas entre sus palmeros para introducirlas en España sin declarar a la hacienda pública, está claro que el Banco del ladrillo es su preferido para resguardar sus pelas, y el mangoneo su sistema preferido.
La ex de Cachuli ya está en el chiquero, ahora solo falta esta otra que le chuleo los cuartos y los camuflo vete a saber donde, posiblemente bajo los olivos de su finca, (ya se dio el caso con alguno de los pillados).
El gran problema de esta es que sí dispone de las pelas para la multa pero existe el problema de que si lo saca del zulo el juez y la hacienda le van a preguntar que de donde lo saco, así que una vez recurrido a todo sistema poco claro para conseguirlo entre ellos a prestamistas con la promesa de devolverlo al día siguiente con comisión incluida, o sea que tiene pelas en metálico a tupa pero no las puede sacar así de golpe.
Después de todo este circo parece ser, o da la sensación de que esta visible y descaradamente regateando con hacienda y con los jueces como un moro en un zoco y dirigiendo ella las formas y maneras de su condena con el fin de entrar o no en el chiquero, de pagar pero a plazos, en fin, si esta señora no ingresara en prisión seria prueba definitiva que la justicia está influenciada por algo o alguien, no creo sinceramente que todos los jueces sean fans suyos esto sería surealista.
También es posible que creyera que pagando con cárcel se ahorraría la multa impuesta, donde iba ella a ganar más en tan poco tiempo, la cuenta la vieja a los cuatro meses en la calle y un millón y medio en la saca, ¿Dónde iba ella a ganar tanto en tan poco tiempo?
SU FRASE MAS CELEBRE
¡¡¡ DIENTES DIENTES , QUE ES LO QUE LES JODE!!!
ADJUNTO CRONICA DE ALGUIEN MAS PUESTO QUE YO
Viendo las imágenes más que difundidas de la
Pantoja desvanecida en el sillón trasero de su coche, con las
bragas fuera de sí, como su cabeza, el cuerpo desmadejado,
vencido, su coleta alborotada, su llanto y su cara desencajada,
como rendida, me vino a la memoria una imagen que, van a perdonarme, asocio al
inicio de la decadencia de esa tropa.
La famosa meada de Julián Muñoz,
su ex-novio, los besos sudorosos de la pareja en aquel histórico Rocío
escenificando ufanos, divertidos, cantarines y felices ante las narices de la
prensa del corazón, su amor eterno.
Julián Muñoz, orinando
En aquel escenario cuyo cutrerío
se daba de bruces con el buen gusto, al alcalde/camarero/ladrón/golfante de
Muñoz se le activó la próstata y, ni corto ni perezoso, se
retiró unos metros –a tiro de cámara- y echó una gran meada en medio del campo.
Como un machote. De eso me acordé cuando esto días vi la
imagen.
Esa fue para Julián su gran meada y con el tiempo
para ella, todo el proceso, la gran cagada. Que poco dura el
contento en la casa de los chorizos, que poco. No obstante, hay que
reconocerle a la Pantoja un mérito que nunca resaltamos lo
suficiente y que en tiempos de crisis hay que mencionar y es momento es de
hacerlo; La viuda hortera de la España del “sí se puede, sí se
puede” ha mantenido año tras año a toda una plantilla de
plumillas del corazón animados con frases como “dientes,
dientes, que eso es lo que les jode…” o “¡…no me vas a grabar
más…! ¡no me vas a grabar más…!”, además de mil lindezas de pobre diablo adicta
a las cámaras y a las pelas. Debe ser cierto porque solo así se entiende que
Isabelita haya pretendido engañar a quienes ya tienen
acreditado de qué manera mi gitana blanqueaba el dinero de su amado y fue
haciendo una pella, golpe a golpe, beso a beso, ingreso a
ingreso, de cuya actividad delictiva, dice, nunca supo su procedencia. Y claro,
ante tanta ingenuidad el grito de “¡¡¡Shupaora, Shoriza..!!!”
estaba cantado. Loca de amor dice que estaba la Panto por el ex camarero de
pantalón de cuello alto. Y dos piedras. Pasó que ella se hizo la coja para que
la cargaran hasta que, claro, su portador comenzó a cojear, primero de una pata
y finalmente de las dos y cayeron con todo el equipo.
Los ex-novios, calientes a 40 grados
La célebre, aliviadora y provocadora meada del
señor alcalde se fundió con el calentón de su esposa, La
Zaldívar, quien despechada observó que en la frente le salía
algo parecido a unos cuernos. Y lo dijo, no que va. Como un rayo la mujer empezó
a ganar dinero en los platós y tanto se enroló que un día
–recuerden aquella intervención televisiva como el principio del fin de los
tres- entró en directo en un programa de televisión del tres al cuarto, no de
hora estrella ni nada, y gritó caliente que “¡¡Sí, mi marido
está con la Pantoja..!!”. A la enrabietada Zaldívar le pareció poco la primicia
que después la mujer que era flaca y ahora es gorda se sentó ya
maquillada en un plató y entonces –todavía no manejaba el medio – habló con
naturalidad de “aquellas bolsas de basura llenas de billetes
que mí Julián”, concejal por entonces del Ayuntamiento de Marbella, “traía a
casa”. Esa fue, querida amiga, otra gran cagada; ya todos cagados y todos meados
de ese hilo tiraron los jueces para comenzar la investigación.
Si en un principio se pensó que el despecho de Zaldívar se centraría en la
cornamenta y en poner a caldo a “la otra”, la Panto, “a la que tan bien atendí
en Marbella” cuando el Ayuntamiento decidió que la tonadillera fuera la
cara (y tanto que fue la cara, y menuda cara….) del municipio,
las cosas dieron un giro; tanto se le soltó la lengua a la mujer que ella misma
compró soga y se ahorcó solita; la policía empezó, púm, púm,
púm a tirar del hilo y uno tras otro, La Pantoja, La Zaldívar, y el Julián el
meón, acabaron detenidos, acusados y condenados. En ese
escenario de cutrerío, con famosillos que despreciaban y le tiraban los micros a
los informadores, eso de meter el dinero en bolsas de basura viene como anillo
al dedo a la estética de este trio calavera que también ha
contado con palmeros que les jaleaban según sus intereses.
La España cutre, cañí, delincuente, marbellí, ha
vivido estos días el peor escenario posible. Pero seamos agradecidos porque
gracias a ellos tres, y a su vez al personal de confianza de sus casas, es
decir, jardineros, chófer, señora de la limpieza, amigos, vecinos, etc., han
dado de comer durante años a la prensa descuartizadora contando las intimidades
de todos ellos. Hagan cuenta; lo han vendido todo, han sido utilizados por las
cadenas televisivas a cambio de un “paquete” que incluía obscenas intimidantes y
hasta unas campanadas de fin de año a cambio de mejor trato. Pero ya ven. Los
primeros que le saltaron a la yugular, la dejaron en bragas y la mandaron a
mear, fue esa prensa amiga que la humilló sin piedad. La fama tiene estas cosas;
no dura siempre y no siempre garantiza el respeto. Es evidente que con la
tonadillera, no.
Último párrafo para mostrar mi repulsa por el
trato, cercano al linchamiento, de que fue objeto Isabel Pantoja al salir de
juzgado después de escuchar una sentencia que la condenó y con la que podemos
estar o no de acuerdo pero de ahí a la imagen que hemos visto, hay un trecho. No
entiendo por qué a Urdangarín se le protegió hasta en el más mínimo detalle con
el fin de que la prensa no se acercara a su larga figura y en cambio a la
Pantoja la pusieron a los pies de los caballos, a merced de una prensa buitre
que año tras año, mes tras mes, ha calentado el ambiente para llegar hasta donde
ha llegado. La desprotección policía muy bien pudo propiciar un grave percance
en medio del tumulto. Y es que una cosa es una cosa y dos cosas son dos cosas
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