Somos los enemigos que un día sentimos la inmensa alegría de veros nacer, los que corríamos a atenderos cuando estabais enfermos, los que elegíamos vuestra ropa, los que os sujetábamos para dar los primeros pasos, los que celebrábamos los cumpleaños, los bautizos, las comuniones, quienes comprábamos vuestros reyes con tanta ilusión como los recibíais, quienes velábamos por vuestra educación y vuestros pasos, aquellos que vivíamos para cuidaros y alimentaros, que no hubiéramos dudado en privarnos por vosotros.
Esos a los que nos horrorizaba pensar que no pudiéramos daros lo más necesario y por ello trabajábamos hasta la extenuación sin reparar en esfuerzos.
Estos enemigos que os reprendían cuando no hacíais las cosas bien, los del azote en el culo, la regañina, los que criticaban algunas compañías, o vuestro comportamiento en ocasiones, los que no se dormían mientras no regresabais, los que nos conformábamos sin un regalo, los que os quisimos tanto como vosotros hoy queréis a vuestros hijos, los que hoy nos sentimos pagados con veros felices, casados y con hijos, luchando por lo mismo que una vez hicimos nosotros
Somos los enemigos de ley de vida que les toco ser a nuestros padres, que hoy somos nosotros y en los que mañana os convertiréis, que se sentirían pagados con algo tan difícil de dar para algunos, un beso ,un abrazo a cambio de toda una vida, aquellos de los que todos nos acordamos cuando ya no están.
El mudo
No hay comentarios:
Publicar un comentario