jueves, 2 de agosto de 2012

PONED LA OTRA MEJILLA






Que lejos quedo el borrico,
o la túnica de hilado,
los cristianos, los leones,
y Jesús crucificado.

La verdad es de pensar,
observando al Vaticano,
que en cuestión de especular,
son veniales los pecados.

Se ha montado un gran negocio,
dinero B sin factura,
con Jesús de primer socio,
por póstuma investidura.


Una liturgia en vaqueros,
o dar a Cristo en rosquillas,
degrada y humilla al clero,
y la fe salta hecha astillas.

A lo largo del camino,
como saben los lectores,
brindaron con viejos vinos,
en mesa de dictadores.

señalaron con su dedo,
el destino de la bala,
y escoltaron bajo palio,
a quienes la disparaban.

Fascistas en procesiones,
misas a los asesinos,
alabanzas y perdones,
buen cordero, buenos vinos.

Las manos ensangrentadas,
por cientos de criaturas,
por Septiem y sus etarras,
y porque no, algunos curas.

Se revelan los cristianos,
quieren clausurar el templo,
que acoge pobres y hermanos,
sin techos y sin sustento.


Pueden liar el invento,
se les eriza la piel,
no pueden dar evangelios,
los hijos de Lucifer.

Dar calor al desvalido,
o de comer al hambriento,
fue de Jesús que esta ido,
perdido en el firmamento.

Con sus frondosas barrigas,
predican para los ricos,
que esperan ir a los Cielos,
en tropel, como borricos.

Leen una y otra vez,
y sus cerebros estrujan,
no terminan de entender,
lo del camello y la aguja.

El templo se ha convertido,
en una nave industrial,
donde tanta alma podrida,
el perdón corre a comprar.

El Cielo de estos jumentos,
está vendido en parcelas,
a ricos con escrituras,
que hacen colas en la tierra.

Yo estoy por asegurar,
que según está pasando,
Jesús está por llegar,
pero con el mazo dando.


El mudo

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