Eres ya parte de mi vida,
hoy eres cicatriz, antes herida,
que me caracteriza ante mí mismo,
aunque me sumergiste en el abismo,
aprendí a buscar solo la salida.
Jugaste al amor en dos partidas,
no pude ser sumiso y tolerante,
tus besos para mi eran pura vida,
vida para un alma agonizante.
Tus ojos, tu aliento, tus caricias,
leche para la boca de un lactante,
como para Velázquez, las meninas,
como para el Quijote, Rocinante.
Haberte amado a ti, tan importante,
aun viendo ganada tu partida,
me libere veloz, seguí mi vida,
que pendió de tu sí por un instante.
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