viernes, 15 de mayo de 2015

REINA DEL COSTO








Inmaculada dama de la decencia,
con el retrovisor mal enfocado,
por no mirar atrás a tus vergüenzas,
el desastroso hacer de tu pasado.

Esmerada crack de la cocina,
olvidaste pronto los días aquellos,
cortando sin descanso cocaína,
haciendo pura vida de camellos.

En tan tenue presente disoluto,
las chinas de hierba te espantaban,
cuando fuiste la reina del canuto,
y vi con que placer te los fumabas.

Hoy te suena a charanga la canción,
cómplice claramente aprovechada,
urdiste sin clemencia la traición,
y distes sin piedad las puñaladas.

Como puedes dormir con ese peso,
guardando en tu conciencia tanto mal,
no eres un ser humano, solo urraca,
sin nada de valor que recordar.

Tu fealdad por fuera no importaba,
confundiste nuestros sentimientos,
como se pudo ver nos engañabas,
eran también feos tus adentros.

Te salieron las cuentas inexactas,
aquellas pastillas que le dabas,
con tu conocimiento autodidacta,
no pudieron con el cómo tratabas.

Te cobrara la vida el mal que has hecho,
tu conciencia será tu juez certera,
eres para nosotros un desecho,
 una foto borrada en la  cartera.

Culpar de todo solo a tu marido,
falta de dignidad y de nobleza,
escribo lo que he visto y he vivido,
al Cesar hay que dar lo que es del Cesar.





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