EL LEGADO

        Heredaras los fríos invernales,

algún copo de nieve en la ventana,

quizás algunas lluvias torrenciales,

junto al tímido Sol de la mañana,

veras mecerse el mar en los trigales.

Heredaras el polen de las flores,

que vienen ya brotando en primavera,

su aroma, su belleza, sus colores,

que harán tu vida larga y placentera,

mientras oyes cantar los ruiseñores.

El manto de la noche y sus estrellas,

tantas puestas de Sol y sus contrastes,

una explosión de vida sin frontera,

de este planeta azul exuberante,

que te acoge y te mece en sus praderas.

Heredaras la brisa de los mares,

las algas, la espuma de las olas,

un murmullo de aguas trepidantes,

desde el fondo de una caracola,

como hace en la nostalgia el navegante.

Obligado me veo a hacerte cargo,

de lo que menos vale de esta herencia,

solo es dinero, muy manoseado,

que produce bajeza y pestilencia,

esta es la peor parte del legado.

El mudo