miércoles, 25 de julio de 2012

PERROS FLAUTA GUARRAGAU GUAU



          

No tiene arreglo, todo son modas, la revolución de los jóvenes, esos que a falta de quehaceres se rebelan contra todo por sistema, esos que buscan arreglar un mundo irrecuperable, los que al paso de los años solo consiguen joderlo aún más de lo que esta.


Gorriones de buche repleto que pierden el tiempo en cruzadas inalcanzables, que a falta de unos progenitores que les empujen del nido, abusan de ocioso descanso y solo hacen que abrir el pico para comer y decir tonterías.

Consumo controlado, reciclaje, ayuda al tercer mundo, ecología, polución, el lince, las ballenas, y tal y tal, cigarras al fin y al cavo que se dedican a cantar en la puerta del hormiguero mientras los demás acarrean el sustento para ellos y los suyos.

Generación tras generación son lo mismo, con los mismos argumentos, elementos jipis, progres,
generalmente dejados, despreocupados de todo valor que no sea el que ellos desean imponer.

Yo conocí a los de mi generación, luchaban ni más ni menos que por lo que lo hacen hoy, ponían gran ímpetu en descubrir a sus mayores un mundo que solo ellos no conocían.

Semillero de estudiantes imberbes, ociosos con poco que hacer y menos que aportar, obcecados
en inútiles empresas y generalmente dejados en el imposible por los suyos.

Los promotores de estas revoluciones de retahíla, suelen ser de familias acomodadas, esos mismos que cuando pasan de la edad eufórica por la que todos fuimos pasando, encuentran respaldo en un flamante despacho o un buen puesto en la empresa de papa, y a partir de ese momento cuelgan la revolución tras de la puerta de el W.C  para pasar de inmediato a tomar importantes decisiones; sus noes se disipan y se retuercen para pasar a ser misiones de Paz, o importantes transacciones donde el paria antes defendido a ultranza pasa a ser mano de obra barata para sus fabricas.
Unos tras otros los ideales de tanto gorrión cebado se van acomodando a los coches de alta gama, a los yates de lujo o las opíparas comilonas.

No igual los parias que en su día reclutaron para tan encomiable misión; Esos pasan a ser clientes sin aval, de solvencia nula que tan mal se ven en su despacho.

El paso de los años, la responsabilidad, los hijos, etc., hacen ver que lo blanco es más oscuro, lo negro más claro, lo blando más duro y con pelas lo duro mucho más blando.

De estas revoluciones siempre solo quedan los cuatro jilis del tópico, que por no dar su brazo a torcer conservan un raído y sucio pelo largo, algún pendiente y el necio orgullo de no haber llegado a nada, como mucho a jardinero de su encumbrado líder, o mozo de algún almacén de carga.




Son normalmente hijos de familias humildes que por seguir a pies puntilla e estos salvadores del planeta hoy se ven abocados a él vagabundeo, contemplando boquiabiertos como sus líderes olvidaron su credo de convicciones al vil sonido de las pelas.



No hay comentarios:

Publicar un comentario